5 formas de ayudar a tu perro si le tiene miedo al veterinario
El miedo a los fuegos artificiales es común en los perros, pero muchos también le temen al veterinario. Aunque las visitas son beneficiosas, los perros pueden tener malas experiencias. Un desconocido los levanta, los examina, les pone inyecciones o realiza procedimientos que pueden ser dolorosos, lo que resulta estresante para ellos.
Frente al miedo, un perro puede rehusarse a entrar a la clínica, temblar, ladrar, o incluso tener accidentes. Algunos pueden llegar a morder si intentan tocarlos. Esto complica la visita para todos: tu perro sufre, el veterinario no puede trabajar adecuadamente, y tú te sientes mal al verlo así.
No obstante, aliviar este miedo es posible con paciencia y pequeños pasos que mejoren la percepción de tu perro sobre el veterinario. Es clave que el personal de la clínica colabore tratando a tu perro con delicadeza y ofreciéndole algún premio.
1. Llévalo al veterinario desde que es un cachorro
Es esencial que desde cachorro o desde que llegue a tu hogar, lleves a tu perro regularmente al veterinario para chequeos de salud. Pero también es buena idea visitar la clínica para otras cosas que no involucren una consulta. Por ejemplo, puedes ir solo para comprar algo en la tienda, resolver dudas, hacer una cita, que lo pesen o solo a saludar. Estas visitas ayudan a disminuir la ansiedad y el miedo de tu perro hacia el lugar.
2. Adáptalo a las revisiones
Una forma de reducir el rechazo de tu perro al veterinario es acostumbrarlo a ser tocado y manipulado en casa. Aunque tu báscula no muestre su peso exacto, intenta pesarlo, lávale los dientes, limpia sus ojos y oídos, revisa sus patas, etc. Estas prácticas lo ayudarán a habituarse, haciendo que las visitas al veterinario sean menos incómodas para él. Para que sea más efectivo, lo ideal es que varios miembros de la familia lo hagan. Así será más fácil que se deje revisar por extraños.
3. Prémialo, juega con él y distráelo
Usar premios es esencial para ayudar a tu perro a sentirse más cómodo en el veterinario. Ofrece tanto “treats” como caricias y palabras de ánimo. Tanto tú como el veterinario deberían darle estos premios para reforzar su buen comportamiento. Durante la espera, puedes jugar con él escondiendo “treats” para que las busque usando su olfato. Siéntate con él, dale masajes y háblale con cariño para tranquilizarlo. Después de la visita, no olvides darle otro premio como recompensa por su buen comportamiento.
4. Aprovecha el camino a la clínica para calmarlo
Es importante acostumbrar a tu perro a viajar en el auto, ya que así se sentirá más relajado al llegar al veterinario. Independientemente de que vayas en carro o a pie, es buena idea salir con tiempo suficiente para poder pasear cerca de la clínica antes de entrar. Esto le permitirá gastar energía, lo que puede ayudar a disminuir su ansiedad y hacer que la entrada al veterinario sea menos traumática. Procura que entre por su cuenta, aunque esto implique dedicar más tiempo. Motívalo con “treats” a medida que avanza hacia la clínica.
5. Ve siempre a la misma clínica
Si tu perro siempre es atendido por la misma persona amable que lo recompensa con “treats”, es probable que se sienta más cómodo y seguro. Además, contar con un seguro para tu mascota puede ser una solución económica y conveniente. Esto te asegura que tu amigo peludo siempre estará cuidado por profesionales expertos, proporcionándote tranquilidad y seguridad.
Usa estos consejos para que las idas al veterinario no se conviertan en una pesadilla para tu perro.